lunes, julio 04, 2011

Perú: Bingham descubrió una Machu Picchu conocida y saqueada por siglos

Machu Picchu, la ciudad en piedra de los incas, fue develada al mundo en 1911 por el explorador estadounidense Hiram Bingham pero ya tenía desde siglos antes la huella de exploradores peruanos y europeos, algunos con el fin de buscar tesoros ocultos de los monarcas incas. Bingham, un explorador de 35 años, nacido en Hawai dentro de una familia de misioneros protestantes, buscaba Vilcabamba, la mítica ciudad perdida de los incas cuando halló Machu Picchu el 24 de julio de 1911. Esta expedición le costó a Bingham 35.000 dólares, financiados por su suegro -que era dueño de la joyería Tiffany- y por la Universidad de Yale, según relata Richard Burger, antropólogo de ese centro educativo. Bingham traía igualmente una carta de recomendación personal del presidente de Estados Unidos de la época, William Taft. Años antes Bingham había "cruzado todo Sudamérica siguiendo la ruta de las tropas del libertador Simón Bolívar", señala Burger. La mayoría de estudiosos coinciden en que el mérito de Bingham fue poner a Machu Picchu en el mapa del mundo, aunque estudiosos peruanos lo acusan de haber despojado a Perú de sus riquezas pues en tres expediciones el explorador se llevó a Yale 44.000 piezas, 366 de las cuales fueron regresadas en mayo pasado. Para el antropólogo peruano Jorge Flores, "el descubrimiento de Machu Picchu hace parte de una época de grandes descubrimientos, de llegar al Polo Norte, llegar al Polo Sur, atravesar el desierto de Gobi; se estaban buscando las fronteras como parte de la ideología occidental". "Debemos reconocer que Bingham tuvo la visión de poner a Machu Picchu fuera del conocimiento local y de difundir su existencia", agregó. Testimonios históricos demuestran que al menos dos alemanes, un británico y un francés, además de peruanos, conocían la existencia de la ciudadela en la selva del departamento surandino de Cusco antes de la llegada de Bingham. Incluso descendientes de los incas disputaban desde el siglo XVII la propiedad de la montaña en cuya cima fue construida Machu Picchu por el inca Pachacútec, monarca a quien se atribuye la consolidación y expansión del imperio incaico. "Desde el siglo XVI al XIX Machu Picchu era perfectamente conocida en términos de propiedad y de toponimia", dice a la AFP el historiador Donato Amado, de la Universidad San Antonio Abad del Cusco. Documentos de 1658 y 1714 hallados por Amado en los archivos de Perú se refieren a Machu Picchu como parte de haciendas repartidas por las autoridades coloniales a familias cusqueñas, así como a frailes agustinos y betlemitas. Amado destaca a Augusto Berns, un ingeniero alemán y buscador de oro que llegó a Machu Picchu en 1867, fundó un aserradero para hacer durmientes de ferrocarril en la localidad de Aguas Calientes, al pie de la montaña de Machu Picchu. Por esos años otro alemán, el geógrafo Herman Göhring, llegó a la región para construir una carretera por encargo del gobierno de la época. "Berns y Göhring con toda seguridad estuvieron en Machu Picchu e incluso hicieron mapas de la ciudad", sostiene el historiador Amado aunque no ha encontrado evidencia de que ambos se conocieron. El historiador Carlos Carcelén, tras una investigación que hizo en 2008 con el cartógrafo norteamericano Paolo Greer, determinó que Berns llevó a cabo un "gran saqueo de objetos de oro que luego vendió a museos y universidades europeas; él formaba parte del contingente de europeos -ingleses, franceses, italianos y alemanes- que venían a saquear al Perú en el siglo XIX". Otros personajes también hicieron mapas de Machu Picchu: Charles Wienner -de doble nacionalidad austríaca y francesa-, y el inglés Clement Markham, que publicó un mapa del lugar en 1910 en la Royal Geographical Society de Londres. También mencionan los historiadores que el hacendado local Agustín Lizárraga estuvo en Machu Picchu nueve años antes que Bingham. Lizárraga incluso escribió su nombre en una de las piedras de la ciudadela. Cien años después del paso de Bingham por Machu Picchu, Perú se apresta a celebrar esta semana esa efemérides, mientras la investigación sigue abierta en torno a los secretos que encierra la ciudad de piedra.