viernes, agosto 26, 2011

Machu Picchu tiene acento vasco

EL DESCUBRIDOR ESTADOUNIDENSE DEL TEMPLO PERUANO SUPO QUE UN CAMPESINO CON ANTEPASADOS VASCOS LLEGÓ ANTES. TRAS horas de caminata, el explorador estadounidense Hiram Bingham -cuyo personaje sirvió de inspiración a Steven Spielberg para crear la saga de Indiana Jones- llegó a un lugar extraordinario. "Penetré en un bosque virgen y, de repente, me encontré en un laberinto de preciosas casas de granito", dejó escrito en su obra Inca Land. Explorations in the Highlands of Peru (Tierra de los Incas. Exploraciones en las montañas de Perú). Era 24 julio de 1911. Bingham se convirtió desde ese momento en el descubridor oficial del Machu Picchu, antiguo poblado inca construido a mediados del siglo XV y asentado en Perú. Este profesor de Yale se encargó de estudiar y de hacer pública la relevancia de esta antigua población. Pero no fue el primero en llegar. GARABATO Arrendatario Cuando Bingham contemplaba los edificios, sus ojos se detuvieron en una pintada presente en uno de los muros. "En la pared de una de las construcciones más bellas había un tosco garabato en el que se leía que las ruinas fueron visitadas por Lizarraga, arrendatario de esos terrenos", describió con cierto desdén en su obra sobre tierras peruanas, escrita en 1922. El hombre que inspiró el personaje de Indiana Jones no fue, por tanto, el primero en pisar aquel lugar, como ahora, en el centenario de ese redescubrimiento, se ha difundido en algunas publicaciones. Agustín Lizarraga era un arrendatario de tierras cuzqueño cuyo apellido indica que era descendiente de vascos. Llegó a Machu Picchu el 14 de julio de 1902 guiando a otras tres personas, entre las cuales se encontraba otro hombre con indudables orígenes vascos: Justo Ochoa. Los cuatro visitantes dejaron un graffiti con sus nombres en uno de los muros del Templo de las Tres Ventanas. Al parecer, Lizarraga intentaba aprovechar las terrazas situadas en la ciudad inca para sus propios cultivos y decidió dejar su impronta para la posteridad. Esta exploración del descendiente de vascos tuvo episodios similares, según testimonios orales expresados por el propio arrendatario, ya que él mismo alcanzó el poblado pétreo años antes acompañado por Luis Béjar Ugarte, cuyo segundo apellido no deja dudas sobre la tierra de nacimiento de sus antepasados. El testimonio de Lizarraga se perdió en el tiempo y resulta evidente que resultó perjudicial su temprana y extraña muerte. Su pista se perdió en 1912 cuando trataba de cruzar el río Urubamba. Al parecer, las fuentes corrientes provocadas por la crecida del caudal lo arrastraron sin que se encontrase su cadáver. Sin embargo, su viuda y descendientes resaltaron que en sucesivas visitas encontró en algunas zonas de Machu Picchu objetos de cerámica, piedra, oro y plata, que vendió a un comerciante rico de Cuzco. La viuda de Lizarraga heredó algunos tesoros en metales preciosos que donó al convento de Santa Clara, situado en el propio Cuzco. NUEVAS PISTAS Arteaga y Recharte La conexión vasca, aunque lejana, también acompañó al propio Bingham en su primer contacto con la ciudad perdida. Esa jornada de julio de 1911 le guió hasta las cercanías de Machu Picchu el arrendatario de tierras Melchor Arteaga. Y en las proximidades del poblado inca encontraron a dos familias de campesinos que residían allí. Una de ellas se apellidaba Recharte, por lo que no resulta difícil deducir que podría tratarse de una derivación de Recarte. De hecho, uno de los niños de esa familia, Pablo Recharte, guió a Bingham hace un siglo hacia la zona urbana cubierta por la maleza. Con todo, los precedentes de que el poblado inca ya tenía acento vasco se remontan al siglo XVIII. En concreto, una antigua escritura indica que doña Manuela Almirón y Villegas vendió los terrenos denominados "Picchu, Machupicchu y Huaynapicchu, a don Pedro de Ochoa el 8 de agosto de 1776 en 350 pesos".

Pirámides de Egipto y Machu Picchu son los sitios que encierran más misterios

Las Pirámides de Egipto y las ruinas de Machu Picchu son los sitios históricos que encierran más misterios en el mundo entero, según una encuesta de National Geographic Channel (http://www.natgeo.tv/pe/). Las Pirámides de Egipto ocupan el primer lugar con el 44.04% de los votos, seguidas por las ruinas peruanas de Machu Picchu con el 30.88% de los votos. En tercer lugar aparece la Isla de Pascua (Chile) con el 22.14% de los votos y en cuarto figura la Gran Muralla China (2.94% de los votos).

Líquenes que deterioran piedras en Machu Picchu

Las construcciones pétreas de la ciudadela de Machu Picchu son afectadas por seis tipos de líquenes, que han desarrollado una gran resistencia al cambio climático, reveló hoy la Dirección Regional de Cultura (DRC) de Cusco. Según un estudio científico desarrollado por especialistas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España, la DRC y la Universidad Nacional de San Antonio Abad de Cusco, los referidos líquenes están integrados por más de 45 micro y macroorganismos. La bióloga del parque arqueológico de Machu Picchu, Gladys Huallparimachi, explicó que los líquenes (asociación de hongos con algas) fueron detectados por microscopía electrónica de barrido entre noviembre de 2010 y julio pasado. Los líquenes se incrustan y fracturan la primera capa de las piedras, las disgregan para penetrar en ellas y colonizarlas internamente. Señaló que los microorganismos identificados como foliosos, fruticulosos, leprosos, crustosos, gelatinosos y escamosos han desarrollado una "excepcional" resistencia al cambio climático. "Estos líquenes son conocidos como especies aprovechadoras de la porosidad de la piedra granito y generan su alteración mecánica y química", detalló. “Los líquenes generan un impacto negativo en la calidad visual y paisajística, y esto podría agravarse si no hay un control oportuno", dijo al indicar que la biodegradación es provocada por factores externos como la lluvia, el viento, la humedad, y la presencia humana. El ingeniero geólogo Carlos Cano, por su parte, señaló que estos líquenes se percibieron hace 30 años, pero se hicieron más nocivos en los últimos años, lo cual se refleja en la coloración grisácea de las piedras. En una visita guiada por la ciudadela incaica, se verificó que los andenes occidentales registran mayor cantidad de líquenes; no obstante, también están presentes en la Casa del Guardián, el Templo de las Tres Ventanas, el Intiwatana y el recinto de los espejos de agua. David Ugarte Vega-Centeno, titular de la DRC Cusco, manifestó que se ha puesto en marcha las primeras acciones de control que ayudarán a establecer las estrategias de tratamiento o control más adecuadas que impidan la degradación superficial de las piedras. "Buscaremos todo el apoyo necesario de instituciones nacionales e internacionales para controlar estos líquenes. Es prioridad de nuestra gestión preservar y conservar Machu Picchu", afirmó. Por lo pronto se sabe que la mitigación de los daños se puede lograr con una mezcla de agua con tallos de plantas silvestres como el bambú y el pispita.

Clima Machu Picchu favorece la proliferación de líquenes

El clima húmedo y tropical en la ciudadela arqueológica de Machu Picchu, al sureste de Perú, favorece la colonización de líquenes que deterioran las piedras de ese complejo incaico, dijo a Efe una de las investigadoras que busca una solución para ese problema. "Sabemos que los líquenes (una asociación de hongos y algas) y los microorganismos producen un daño en la piedra, pero todavía no tenemos clara cuál es la estrategia mejor a seguir (para combatirlos)", señaló Asunción de los Ríos, investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España. "Hay distintos microorganismos presentes en la piedra, como pueden ser algas u hongos de vida libre, o pueden ser bacterias, y luego encontramos una gran diversidad de líquenes", explicó en entrevista telefónica desde Madrid. De los Ríos encabeza un grupo de trabajo del CSIC que tomó muestras de los líquenes en Machu Picchu en octubre del año pasado y analiza en sus laboratorios en España los efectos sobre las piedras y el mejor tratamiento para preservarlas. "Al estar Machu Picchu en un clima tropical la colonización va a ser otra vez rápida, por eso todavía no tenemos claro cuál va a ser la mejor estrategia y si, a lo mejor, no siempre será bueno, en todos los lugares, eliminarlo", manifestó. Cuando el equipo del CSIC concluya su investigación aproximadamente en dos meses se deberá hacer una prueba de la estrategia elegida en un reducido espacio, a pequeña escala, para comprobar su eficacia, indicó. El pasado lunes, el responsable de la Dirección Regional de Cultura (DRC) del Cuzco, David Ugarte, pidió ayuda a universidades y organismos internacionales, como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), para luchar contra los líquenes en ese complejo. Por su parte, el jefe del parque arqueológico de Machu Picchu, Fernando Astete, explicó que cada día trabajan 58 conservadores en la ciudadela para evitar la propagación de los líquenes, pero que este trabajo es insuficiente.